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Las políticas de desarrollo en las comunidades de casas comunales de Sarawak, Malasia Oriental

Dimbad Ngidang

Introducción

Varias son las estrategias de intervención que se han utilizado para mejorar el nivel de vida de la población rural de Sarawak. Entre ellas se encuentran los servicios de salud rural suministrados por el Departamento Médico, y los de educación para adultos dirigidos por el Departamento de Desarrollo Comunitario (KEMAS), con el propósito de 'intensificar' los programas de extensión implementados por el Departamento de Agricultura y los proyectos de desarrollo agrícola integrado promovidos en el marco de la Política Agraria Nacional.

Aunque la mayoría cree que la intervención gubernamental es una contribución decisiva para asistir a los pobres rurales, no todos están de acuerdo en la forma en la que ésta debería llevarse a cabo. En los proyectos patrocinados por el gobierno, los agentes de extensión se pueden encontrar en una situaci;on en la que se espera que actúen como agentes políticos, mientras que rara vez se aplican enfoques participativos en los programas de desarrollo rural .

En este artículo se debate el papel que desempeña la comunicación en las intervenciones gubernamentales para promover proyectos agrícolas entre las comunidades de casas comunales de los Dayak de Sarawak. (El término 'casa comunal' se refiere a las casas de madera unidas en una sola hilera que constituyen las viviendas típicas de las tribus Dayak en Sarawak. Las comunidades Dayak se componen de varios grupos tribales: Iban, Bidayuh, Kayan, Kenyah, Murut, Kelabit y Penan. En este artículo se utilizarán indistintamente los términos 'comunidades de casas comunales' y 'comunidades Dayak').

La lógica de la intervención

Hay un límite a lo que pueden hacer los pobres con los recursos de los que disponen. Sin ayuda gubernamental es imposible que los pobres superen las limitaciones que les impone la falta de recursos financieros y materiales. Si la doctrina de la autoayuda les es impuesta y se lleva demasiado lejos, la noción de la auto-dependencia (self-reliance) puede volverse en contra de los intereses de los pobres. Es más, no ofrecer ningún tipo de aportación externa para así evitar los peligros del paternalismo y de la autoridad espuria de los 'expertos foráneos', podría hacer más mal que bien. Según Khan (1975), crear las condiciones para desencadenar iniciativas locales puede permitir que las iniciativas de desarrollo 'de arriba hacia abajo' puedan promover el dinamismo 'de abajo hacia arriba'.

A pesar de las buenas intenciones gubernamentales, las acciones de desarrollo que se realizan en Sarawak suelen complicarse a consecuencia de los conflictos políticos y de las rigideces estructurales impuestas por los sistemas socioeconómicos y políticos vigentes. En este artículo se explica cómo los 'sesgos centro-periferia' (Chambers, 1983:76) suelen ser una característica de los programas para el desarrollo de iniciativa gubernamental.

Regalos desarrollistas

Un de los más importantes desafíos que afronta el gobierno de Sarawak desde que obtuvo la independencia mediante la formación de Malasia en 1963, es erradicar la pobreza rural y mejorar el nivel de vida a través de la modernización del sector agrario (King, 1987 y 1988). Los programas de extensión agraria se han empleado en las tres últimas décadas para apoyar a las comunidades agrarias. Estos programas constituyen el primer paso importante para inducir la transformación socioeconómica de las zonas rurales (Cramb, 1988) (1). Uno de los más importantes objetivos de los programas de extensión en Sarawak es 'domesticar' a los llamados agricultores itinerantes, y especialmente a las poblaciones Dayak de las zonas rurales, cuyo sustento depende del cultivo del arroz en altura.

La concesión de subsidios a la siembra comercial de caucho, pimientos, cacao y palma aceitera, para fomentar los cultivos de renta, ha sido ampliamente utilizada como instrumento para convencer a las comunidades Dayak de que abandonen la agricultura de subsistencia. Estos 'donativos' desarrollistas o 'incentivos a la producción' financiados por el Banco Mundial, se introdujeron a finales de los años setenta junto con los servicios de extensión de 'capacitación y seguimiento'.

Los incentivos suelen ser un importante instrumento de política para lograr metas de desarrollo. Sin embargo, dado que los insumos agrícolas están siendo entregados a los agricultores como 'obsequios' gratuitos, los incentivos materiales son una herramienta limitada. En las zonas rurales de Sarawak, en concreto, se ha generalizado el 'síndrome del subsidio'. Estas donaciones han generado dependencia entre los agricultores. Como no tienen obligación alguna de reembolsarlas al gobierno, apenas se han comprometido con los proyectos patrocinados por éste, ni otorgan a los 'incentivos' valor socioeconómico alguno (2).

Por otra parte, el ofrecer ayuda a los agricultores como aliciente para sembrar cultivos de renta y adoptar nuevas tecnologías agrarias puede ser contraproducente y provocar abusos. Los insumos gratuitos se pueden vender para obtener dinero rápido; en otras palabras, los recursos que se requieren para mejorar la productividad se pueden vender para sacar provecho inmediato.

La ayuda al desarrollo no se puede evaluar independientemente de los objetivos políticos del desarrollo rural. Existen dos interpretaciones sobre esto: en primer lugar, el conseguir subsidios gubernamentales indica que los habitantes de las zonas rurales tienen algún tipo de influencia política. Esto implica que las demandas 'de abajo hacia arriba' provocan respuestas 'de arriba hacia abajo' por parte del gobierno. En segundo lugar, debido a la importancia de los insumos agrarios, ciertas autoridades estatales podrán tener control sobre ellos en la medida que los suministran. Esto es un lugar común: sea en los países en desarrollo o en los desarrollados, y por lo menos en lo que se refiere a los subsidios, el desarrollo es invariablemente una cuestión política.

Mantener el ciclo de la pobreza

Según la creencia generalizada, si las comunidades de casas comunales abandonan la agricultura de subsistencia y se dedican a los cultivos de renta pimiento, cacao, aceite de palma y caucho se puede aumentar su productividad agrícola y de esta forma promover la acumulación de capital y el ahorro. Se espera que esto, a su vez, permita a los agricultores alcanzar la situación de 'despegue' económico que finalmente les permitirá ser autónomos. Se ha planteado que cuando se incremente la productividad agraria se erradicará la pobreza. Esto parece una teoría interesante, pero queda una pregunta por contestar: '¿Puede aplicarse realmente?'.

Durante los últimos 30 años, los proyectos patrocinados por el gobierno han tenido resultados desiguales. Los esfuerzos gubernamentales han tenido, ciertamente, un impacto positivo en la adopción de cultivos de renta por parte de las comunidades de casas comunales, y han logrado una mejora en la producción agraria. Estos esfuerzos, sin embargo, no han tenido necesariamente como resultado un aumento de los ingresos, y mucho menos de la confianza de las personas en sí mismas.

Se han identificado tres fuerzas importantes como responsables del mantenimiento del status quo. En primer lugar, el factor externo: los mercados mundiales no tienen en cuenta a los individuos ni a las teorías del desarrollo. Los agricultores se ven constantemente afectados por las fluctuaciones de los precios de los productos agrarios, que son muy vulnerables a los cambios que se producen en la oferta y la demanda de los mercados mundiales.

En segundo lugar hay factores internos, entre los que se distinguen dos categorías principales: las referidas al ecosistema, y los que resultan de las variables estructurales. El ecosistema se refiere a los riesgos y a la inseguridad que ocasionan las enfermedades, las plagas y los factores climáticos, todos lo cual está fuera del control de los agricultores (3).

La segunda categoría de fuerzas internas que perpetúa el círculo vicioso de la pobreza entre las comunidades de casas comunales son las variables estructurales, que incluyen factores socioculturales y políticos, y la interacción de éstos. Estas comunidades, por ejemplo, se ven afectadas tanto por los mercados mundiales como por los mercados internos, desestabilizados a causa de las actividades manipuladoras de sólidas redes de intermediarios. Dado que las organizaciones de agricultores están aun en la infancia, la mayor parte de los productos agrarios son comercializados individualmente por los propios agricultores.

Dandot (1987) señaló que una de las limitaciones internas más importantes del desarrollo agrario está asociada a un complejo sistema de clasificación y régimen de tenencia de la tierra la Tierra titulada según el Derecho Consuetudinario Autóctono o Native Customary Rights Land (NCR) (4). Tal y como apareció en agosto de 1987 en un editorial de la Society of Progress (Journal AZAM), 'la tierra es abundante', pero 'no siempre está fácilmente disponible para el desarrollo. Este es el caso, en concreto, de la tierra NCR'. No cabe duda de que el uso improductivo de la Tierra de Derecho Consuetudinario Autóctono en las comunidades Dayak supone un importante problema en relación con la pobreza. A pesar de la ayuda oficial, muchas comunidades de casas comunales se siguen mostrando escépticas respecto a la política gubernamental que se ocupa del diseño de proyectos para el desarrollo de la tierra.

La mayor parte de las áreas rurales de Sarawak cuentan con carreteras insuficientes y con precarios medios de transporte. Como consecuencia, hay muchas limitaciones para acceder a los mercados, y únicamente los que viven cerca de los centros urbanos pueden aprovechar los servicios proporcionados por el gobierno.

Otro problema lo constituye la falta de acceso de los agricultores a las instituciones de crédito, lo que se explica por su desfavorable posición socioeconómica. Ello les ha hecho depender ante todo de los créditos a la producción que ofrecen los comerciantes locales chinos o towkays. Con mucha frecuencia acaban endeudándose después de pagar tipos de interés desorbitados.

Los altos índices de analfabetismo y la aparente falta de motivación por acceder a la educación superior son dos de los factores que impiden el progreso acelerado entre las comunidades de casas comunales, en comparación con las comunidades china y malaya de Sarawak. Por ello, las comunidades de casas vecinales han quedado excluidas de las principales tendencias del desarrollo socioeconómico en Sarawak.

Quizás el factor más importante que obstaculiza la integración de estas comunidades sean los conflictos políticos que existen entre los líderes Dayak. Estos problemas surgen porque estos líderes suelen estar afiliados a diferentes partidos políticos. Siempre existe la inclinación a crear hostilidad y divisionismo en las diferentes orientaciones políticas (5), lo que dificulta cualquier esfuerzo de desarrollo.

Los proyectos de generación de ingresos son sólo una solución parcial para erradicar la pobreza, dado que la gente no se desarrolla solamente a través de la agricultura. La estrategia actual del gobierno sobre el desarrollo agrario es tan solo una medida provisional para ayudar a los más pobres entre los pobres.

Un enfoque más lógico y factible para promover el desarrollo de estas comunidades es educar a las generaciones más jóvenes. Ascender en la escala social es prácticamente imposible para los habitantes de las comunidades de casas comunales sin la educación superior. En otras palabras, la cuestión crucial es el desarrollo de los recursos humanos a largo plazo mediante la formación académica, de forma que los jóvenes puedan acceder a las principales profesiones y tengan la posibilidad de convertirse en gerentes, técnicos o profesionales.

En tercer lugar, el propósito de la autoayuda que proporciona el gobierno tiene algunas contradicciones internas. El objetivo original de los sistemas de subsidios era fomentar los cultivos de renta con carácter de prueba. No se pretendía que estos subsidios faciliten todos los insumos agrícolas que necesitan los agricultores. La distribución de los subsidios, sin embargo, también ha creado un dilema social. No sólo han creado el 'síndrome del subsidio', sino que, si éstos fueran eliminados, también pondría en peligro la supervivencia política de algunos políticos.

¿Agentes de extensión o agentes gubernamentales?

Los agentes de extensión desempeñan tres funciones fundamentales en lo que se refiere a fomentar los cultivos de renta en las comunidades de casas comunales de Sarawak. Estas funciones son:

En los últimos años, las funciones de enlace de los agentes de extensión se han redefinido para incluir las relaciones públicas: se espera de ellos que promuevan las directrices políticas del gobierno. Según la definición de Hevelock (1971), el objetivo principal de estos brokers o intermediarios es condicionar las actitudes y la conducta de las comunidades de casas comunales y prepararlas para participar activamente en los proyectos patrocinados por el gobierno. La manera de operar de estos agentes se trata en el siguiente apartado.

Existe un problema básico inherente en estas funciones de intermediación en el desarrollo rural. Aunque los agentes de extensión pueden tener muy presentes los intereses de los agricultores, les resulta difícil mostrarse como alguien independiente respecto a los intereses gubernamentales, y evitar que se extienda el control burocrático impuesto por las agencias gubernamentales. Los agentes de extensión no suelen desempeñar la función de empoderamiento que la mayoría de los partidarios del desarrollo participativo querrían ver en el desarrollo rural. Las élites políticas, además, aspiran a tener cierto grado de control social sobre el proceso y sobre los agentes del desarrollo. Por lo tanto, la única forma de que las poblaciones de las zonas rurales consigan liberarse de las influencias externas es depender de sus propios recursos.

La población debe tomar una decisión: o bien aceptar la financiación gubernamental, o lograr un desarrollo basado en la 'autoayuda'. Hasta ahora, ningún país en desarrollo ha podido demostrar que el progreso puede alcanzarse sólo mediante la 'autoayuda'. De hecho, el desarrollo basado en la 'autoayuda' puede ser perjudicial para las comunidades de casas comunales, ya que elimina la obligación política del gobierno de apoyar a los pobres de las zonas rurales.

Comités de Desarrollo y Seguridad Comunal

Una de las tareas primordiales de los agentes de extensión de Sarawak es obtener la cooperación de los líderes comunitarios. Las autoridades estatales están convencidas de que uno de los principales obstáculos para implementar con éxito las políticas de desarrollo es la resistencia de los líderes de las comunidades de casas comunales. Según el punto de vista oficial es necesario cambiar la estructura del liderazgo tradicional y alterar los puntos de vista de los líderes comunitarios para obtener los cambios sociopolíticos deseados. De hecho, hace tiempo que se ha reconocido que sería imposible implementar las directrices políticas sin la participación de los líderes de estas comunidades.

Una de las formas de conseguir el apoyo a las políticas gubernamentales es fomentar la participación de los líderes de estas comunidades en la administración de los proyectos patrocinados por el gobierno. Por este motivo, la mayoría de los proyectos de desarrollo rural se implementan a través de los Comités de Desarrollo y Seguridad Comunal (CDSC) como forma de organizar a las comunidades de casas comunales (7) .

Existen en concreto cuatro razones para la creación de los CDSC:

En la práctica, esto último no ocurre normalmente cuando los organizadores representan poderosos intereses externos. La participación local se impone desde la cúspide. En Malasia Occidental, por ejemplo, los miembros de los CDSC son en su mayoría simpatizantes del partido o compinches de los políticos locales, así como personas nombradas por el gobierno (Shamsul, 1989). Lo mismo ocurre en las comunidades de casas comunales de Sarawak. Incluso aunque los miembros de los CDSC son elegidos por los residentes de las casas comunales, el comité no está libre del control oficial. Estos comités de iniciativa gubernamental suelen ser considerados como un apéndice de un sistema verticalista de administración y coordinación del desarrollo (Shamsul, op.cit.), como una extensión de la maquinaria administrativa gubernamental (Rauf, 1992) a través de la cual se implementan las políticas a nivel comunitario.

Los agentes de extensión son los que establecen las funciones de los CDSC siguiendo directrices oficiales de carácter verticalista. Como consecuencia, los miembros de los CDSC desempeñan dos papeles fundamentales en los proyectos agrarios: convencer a los residentes en las casas comunales para que implementen los planes de desarrollo diseñados por instancias oficiales, y organizar para dichos residentes las actividades requeridas por los planes oficiales de los agentes de extensión.

Los CDSC tienen poco poder para influir en las cuestiones políticas cuando se toman decisiones importantes más allá de los límites de la autoridad comunal. Los miembros de los CDSC carecen de aptitudes organizativas, técnicas o de gestión, ya que casi siempre son analfabetos. Los planes de desarrollo rara vez incorporan en los programas de extensión el fortalecimiento de las capacidades de los CDSC. En algunas ocasiones, se proporciona formación a los líderes; ésta, no obstante, se centra principalmente en el manejo de las relaciones públicas.

Un liderazgo cooptado como este puede ser tan beneficioso como problemático para las comunidades de casas comunales. Una importante ventaja es que cuando los líderes de estas casas comunales se han comprometido a apoyar al gobierno, tienen una alta probabilidad de obtener proyectos de desarrollo. Pero, en contrapartida y en ciertos casos, ello puede debilitar la larga tradición de solidaridad que se establece entre los miembros de estas comunidades.

Vínculos a través de la cooptación

Los agentes de extensión que actúan como agentes gubernamentales y los CDSC cooptados con fines políticos, demuestran que los programas de desarrollo están típicamente centrados en relaciones patrón-cliente. Está el vínculo entre el agente de extensión y los CDSC, establecido según las directrices gubernamentales, y a menudo con el objetivo concreto de implementar las directrices políticas del gobierno en forma de proyectos de desarrollo. Adem;as, está el vínculo entre los CDSC y los políticos: un vínculo primordialmente político, a través del cual los políticos consiguen el apoyo de los líderes locales.

Estos dos tipos de vínculos se establecen para fomentar una interdependencia mutua entre los agentes de extensión, los políticos y los miembros de los CDSC. El resultado es la cooptación, o el proceso de absorción de los miembros de los CDSC a las posiciones de liderazgo. Este proceso facilita la participación de los líderes de las comunidades de casas comunales en los procesos de toma de decisiones colectivas a nivel local. También es el medio a través del cual los políticos previenen la resistencia o la oposición de las comunidades de casas comunales hacia la política gubernamental.

Los políticos utilizan estos vínculos para favorecer sus intereses individuales privados, asegurándose el apoyo de las comunidades a cambio del patrocinio de programas de desarrollo. Pero simultáneamente, los políticos locales están bajo una tremenda presión para que cabildeen por proyectos gubernamentales que apoyen a la población de su circunscripción. Si no recompensan a la población rural de sus circunscripciones, su supervivencia política puede estar en juego. De la misma forma, los CDSC pueden verse recompensados con más favores políticos y con promesas de desarrollo si sus líderes resultan reelegidos. De este modo, los proyectos de desarrollo son una poderosa herramienta de relaciones públicas para uso del gobierno.

Los agentes de extensión crean estos vínculos para obtener la cooperación de sus asociados en las comunidades de casas comunales, de cara a la promoción del liderazgo de base; no obstante, y a pesar de los esfuerzos del gobierno, la realidad es que se ha progresado muy poco en este sentido (8).

Aunque los críticos señalan que esta relación puede llevar a que las comunidades de casas comunales se hagan dependientes de los recursos externos, y que puede sofocar las iniciativas comunitarias, es poco realista pensar que unas comunidades pobres en recursos como éstas rechacen la asistencia gubernamental. Después de todo, los CDSC pueden usar estos vínculos para obtener recursos materiales, demandar mejores servicios, y solicitar proyectos agrícolas al gobierno.

La dimensión política del desarrollo

La intervención gubernamental en el desarrollo rural está explícitamente definida en sus directrices sobre la 'política de desarrollo' (9). Según el Primer Ministro de Sarawak (Mahmud, 1992:4), 'la política de desarrollo es un compromiso total con el desarrollo mediante la utilización del poder de la política'. Estas directrices ponen de manifiesto una presunción de gran alcance sobre lo que la política puede hacer para facilitar o para obstaculizar el desarrollo socioeconómico y cultural. Desde el punto de vista de la estabilidad política, el Primer Ministro de Sarawak justifica la 'política de desarrollo' afirmando que ésta actúa en favor de beneficiarios rurales. Estas directrices ha obtenido un amplio apoyo de los medios de comunicación, las ONG, los líderes comunitarios y los responsables políticos locales (10).

La 'política de desarrollo' en Sarawak es un fenómeno fascinante, pero no escapa al dilema. Recompensar la lealtad política no es nada extraño; todos los gobiernos lo hacen. Las comunidades de casas comunales que apoyan la política gubernamental se ven recompensadas con proyectos para el desarrollo, mientras que las que se oponen se ven obligadas a depender de la autoayuda. Esto es algo bastante común, ya que sigue el principio de reciprocidad: una simple lógica de interdependencia mutua entre asociados políticos.

Sin embargo, esto origina otro problema el faccionalismo que constituye uno de los más importantes obstáculos que afrontan las acciones gubernamentales para modernizar las áreas rurales de Sarawak. Una de las más importantes causas de faccionalismo se deriva de las diferentes lealtades políticas. Los conflictos que se producen en la comunidad suelen estar alimentados por los intereses concurrentes de las élites locales, que representan a los diferentes partidos políticos de Sarawak.

Quizás uno de los grandes retos a los que se tienen que enfrentar las directrices de la 'política de desarrollo' sea el establecimiento de una continuidad de liderazgo. Muchos países en desarrollo, aunque ricos en recursos naturales, siguen luchando para consolidar sus esfuerzos en los programas de desarrollo rural. Parte del problema se debe a la debilidad del liderazgo: no hay nada que pueda sustituir a un buen liderazgo político en el desarrollo.

Conclusiones

La intervención política es un prerrequisito para la modernización del desarrollo socioeconómico de las zonas rurales de Sarawak. En primer lugar, no hay atajos a lo largo del camino del desarrollo. Es imposible escapar de la polémica cuando las políticas de desarrollo están dirigidas a asistir a diferentes grupos étnicos, con intereses y afiliaciones políticas diversificadas.

Mientras que una intervención política puede proporcionar en algún caso beneficios socioeconómicos a corto plazo, el desarrollo sostenible es inalcanzable si los habitantes de las casas comunales siguen siendo analfabetos. El progreso depende de que las personas se desarrollen por sí mismas.

El desarrollo, sin embargo, es básicamente resultado de opciones políticas: quién gana y quién pierde depende en un alto grado de la influencia relativa de grupos concretos en el proceso de toma de decisiones (Leigh, 1988). Cuando las políticas de desarrollo son excesivamente verticalistas, la subordinación a influencias políticas y al clientelismo es inevitable. Pero, ¿no sería mejor adoptar un enfoque participativo, y obtener ideas, recursos materiales y el compromiso de los habitantes de las zonas rurales para la planificación e implementación de los proyectos, en vez de depender exclusivamente de una estrategia verticalista convencional ?

 

Agradecimientos

Estoy muy agradecido a los Profesores John Fett y Richard Powers, del Departamento de Periodismo Agrícola, a D. David Glendale, candidato a doctor del Centre for Southeast Asian Studies (Centro para Estudios del Sudeste Asiático), Universidad de Wisconsin-Madison, y a Da. Eileen Marcus, Universidad Pertanian Malaysia Bintulu Campus, por sus sugerencias y comentarios a este documento.

Notas

Referencias

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Cramb, R. A. (1988) `The Role of Smallholder Agriculture in the Development of Sarawak from 1963-88', paper presented at a seminar on the Development in Sarawak, Kuching, Sarawak

Chambers, R. (1983) Rural Development: Putting the Last, First, Harlow, UK: Longman

Dandot, W.B. (1987) `Large scale land development in Sarawak', Journal AZAM, 3: 3-21

Foo, A. and Henry L. (1991) `Process of selection, surveying, acquisition and alienation of land for development in Sarawak', Journal AZAM, 8:34-54

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El autor

Dimbab Ngidang es jefe del Programa de Planificación y Administración de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Malasia Sarawak. Este artículo apareció por primera vez en Development in practice volumen 5, número 4, en 1995


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