Muchas son las organizaciones que no aprenden. Existen muchas razones para ello y la falta de apoyo donante tiende a ser citada como una de las más importantes. Sin embargo, ésta no es la principal razón por la que falta el aprendizaje. Fracasamos en nuestro aprendizaje porque no somos capaces de ver su importancia. Nos empeñamos tanto en nuestras ocupaciones, o en nuestras demandas auto impuestas, que hemos dejado de valorar el aprendizaje. Hemos perdido de vista el hecho de que sin aprendizaje nuestras acciones están destinadas a ser inefectivas. Si estamos en pro del desarrollo y al mismo tiempo no podemos evaluar nuestro desempeño: ¿cómo es posible desarrollar una práctica rigurosa y efectiva? |