Una alta proporción de la vivienda urbana de los países en vías de desarrollo, y también en algunos países europeos, se viene desarrollando a espaldas de los procesos oficialistas sancionados. Existe, no tanto una reflexión sobre el deseo global de romper la ley, sino más bien reglamentos de planificación, estándares y procedimientos administrativos inapropiados. Muchos países han heredado o importado sus marcos reguladores desde el extranjero, aunque éstos fueron originalmente diseñados para suplir condiciones muy diferentes a aquellas que enfrentan los países del Sur.